• Misterio en Layton Court
  • Autor Anthony Berkeley
  • Editorial Ed Lumen, Barcelona, 2010
  • nº páginas 304

Anthony Berkeley. EL MISTERIO DE LAYTON COURT

18/11/2010 - JOSÉ MARÍA GUELBENZU

Anthony Berkeley es autor de una de las novelas de crimen y misterio más originales, que ha quedado como una obra maestra del género: El caso de los bombones envenenados. Lumen la anuncia como próxima en esta pequeña biblioteca que va a dedicar a su autor y del que nos ofrece como estupendo aperitivo este Misterio en Layton Court. Berkeley –que también firmó novelas con el pseudónimo Frances Iles- fue un escritor elegante, ingenioso y dotado de un excelente sentido del humor. Escribió en la época de oro del género detectivesco inglés y si hubiera que buscarle un par, éste sería sin duda Dorothy L. Sayers. Como ella, era un hombre de excelente formación y amplia cultura.
El misterio de Layton Court es casi una comedia por su tono desenvuelto y su aparente frivolidad. Se trata de una intriga casi convencional (elegante anciano caballero inglés rodeado de invitados en su mansión, aparece suicidado en la biblioteca) con unas características muy definidas. Primero: cumple a rajatabla la norma de poner en manos del lector lo mismo que el detective sabe, pero, además, lo va haciendo sobre la marcha; es decir: no disimula pistas que el lector ha de encontrar sino que lo obliga a acompañar al detective paso a paso, pues ambos van descubriendo lo mismo a lo largo del relato. Segundo: crea un detective clásico que se define por su inteligencia, su jovialidad, sus simpáticos errores y su decidida voluntad, propia de un sportman, de superar todos los obstáculos. Tercero: la frivolidad se revela en realidad como un estilo limpio, claro y directo de organizar con cuatro elementos una trama cada vez más enrevesada que al final se revuelve sobre sí misma con un remate del mejor gusto torero. Y cuarto: es una de los mejores desarrollos que he leído del clásico enigma de la habitación cerrada.
Evidentemente, la novela pertenece a la tradición –o etapa- del género que considera la obra como un juego entre el lector y el autor. En esta época de oro, la lógica se asociaba al juego (lejos de la estricta exigencia de lógica estricta y pura de la etapa anterior, comandada por R. Austin Freeman) y bien podemos decir que su divisa fue “usted puede ser el detective”, modo en el que implícitamente se establecía el juego. Berkeley es un autor indispensable en la biblioteca de cualquier amante del género, pero, además, como los más afines de sus compatriotas (Sayers, Chesterton, Innes, Blake…), es un novelista de verdadera altura literaria. Al español se lo vertió en la mítica colección de Borges y Bioy “El Último Círculo”: toda una carta de presentación para un clásico indiscutible.

José María Guelbenzu.

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