• Los Grandissime
  • Autor George Washington
  • Editorial Ed. Pre-Textos, Valencia, 2009
  • nº páginas 672

George Washington. Cable LOS GRANDISSIME

24/11/2010 - JOSÉ MARÍA GUELBENZU

¿Quién no ha oído hablar de Nueva Orleáns? Esa ciudad mítica fundada en 1718 y capital de la Louisiana francesa desde 1722 ha sido un foco de atracción para el cine, la novela, la música y la Historia desde entonces hasta nuestros días. Lo que no tanta gente sabe es que el primer hombre que la convirtió en representación artística fue George Washington Cable, un sureño que combatió en las filas de la caballería de la Confederación y que años después tuvo la audacia de defender los derechos de los negros a través de una serie de libros y conferencias que causaron un verdadero rechazo entre la gente de su comunidad. En 1880 publicó su obra maestra, Los Grandissime, que está considerada como la primera gran novela del sur, un amplio relato de adscripción decimonónica, aunque bien singular, que da paso a toda la formidable generación de escritores sureños de los Estados Unidos.
Los Grandissime transcurre en un año, de 1803 a 1804. Su autor elige situar su historia, entre egntes de convicciones ciegamente esclavistas, antes de la Guerra de Secesión. Estamos en el momento crucial en que, en 1803, Napoleón acaba de vender Louisiana a Estados Unidos, pero ésta no sería admitida en el seno de la Unión hasta 1812. La novela comienza en el momento de la gran inquietud de los criollos franceses por el futuro que la compraventa les depara, el orgullo criollo y el rechazo que sienten hacia el nuevo propietario. Al comienzo de la acción, un inmigrante norteamericano de origen alemán, Frowenfeld, llega a Nueva Orleáns con sus padres y sus dos hermanas; toda la familia muere de fiebres excepto él, que se convertirá en el hilo conductor del relato. La habilidad de Cable es elegir la figura del extranjero y solitario Frowenfeld porque le permite colocar la narración a la distancia adecuada. La intención de Cable es hacer un retrato costumbrista de aquella Nueva Orleáns y a fe que lo consigue maravillosamente: la descripción de la ciudad y sus habitantes, de personajes centrales y secundarios, del movimiento, bullicio, color, sentimientos y pasiones desatadas en la mítica ciudad tiene a Frowenfeld como testigo y partícipe excepcional y crea una dinámica excelente a partir de la cual los contactos con las familias criollas francesas encabezadas por los Grandissime establecen un nudo narrativo en el que se desatan y enredan pasiones, amores y duelos donde la violencia y la culpa –dos elementos sustanciales de la escritura sureña posterior- elevan el elemento pintoresco y costumbrista a la categoría de drama de la mano de las Nancanou madre e hija y sus dos enamorados, Frowenfeld y Honoré Grandissime, y a la categoría de tragedia de la mano de la ardiente Palmyre Philosophe, Honoré Grandissime el mulato y el esclavo Bras Coupé.
Cable desliza con habilidad sus ideas sin hacer didactismo, su escritura salta de la crónica a lo novelístico con agilidad, la novela, algo renuente al principio por su peculiar estilo, progresa hacia lo alto, se ilumina con el desarrollo de sus personajes y gracias a todo ello la visión de Nueva Orleáns a principios del XIX, exótica cuando ha de serlo, truculenta cuando conviene y tan entretenida como una buena historia de época, acaba atrapando al lector y obteniendo su gratitud. Un acierto editorial.

José María Guelbenz

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