• Gótico carpintero
  • Autor William Gaddis
  • Editorial Ed. Sexto Piso, Madrid, 2012
  • Traductor Mariano Peyrou
  • nº páginas 284

William Gaddis. GOTICO CARPINTERO

26/9/2012 - JOSÉ MARÍA GUELBENZU

Elizabeth y Paul Booth son un matrimonio que acaba de alquilar una casa de estilo gótico carpintero a su propietario, McCandless, quien se ha reservado el derecho de entrar en la casa a conveniencia, pues en ella ha dejado numerosos papeles y objetos que ha de retirar. Paul es un especialista en Comunicación que se ocupa de propagar la labor evangelizadora del reverendo Ude, un farsante que ha ahogado a un niño al bautizarlo. Paul decide convertir este suceso en un hecho milagroso para potenciar la obra del reverendo, cuyos tentáculos alcanzan al continente africano. Paul, un ex-combatiente, trabajó a las órdenes del padre de Elizabeth, un empresario que se suicidó y dejó la herencia en las manos tutelares del hijo mayor, Adolph, que regula el dinero a su hermana y al hermano menor, Billy, un alma perdida, lo que provoca el disgusto de todos ellos. Mc Candless es un hombre misterioso, geólogo, escritor al parecer, que estuvo relacionado con el descubrimiento de una mina de oro en Africa, descubrimiento que provoca turbias actuaciones colonialistas. Pero McCandless puede ser también un impostor y un mentiroso, quizá un agente de la CIA con material en su poder que otros desean y que desencadena un conflicto armado donde perecen un senador, también relacionado con el propio Paul y su campaña por el reverendo, y el joven Billy.

La trama es intrincada y lo es por partida doble. Por una parte, se debe a la propia escritura de Gaddis. La novela está construída casi exclusivamente con diálogos de frases rotas, simultáneas o yuxtapuestas que producen una sensación de velocidad, agobio y confusión. Son frases tan rotas como las vidas y los pensamientos de los personajes, como si los unos se quitasen las palabras de la boca a los otros, todo ello punteado por una presencia frenética del teléfono que no para de sonar. A su vez, las transiciones entre escenas se hacen sobre la marcha, sin referencia específica de tiempo y lugar (aunque el lugar es siempre el mismo: la casa; y el tiempo, los últimos días de Elizabeth); son transiciones hechas por medio de las voces mismas, lo que requiere una especial atención por parte del lector para no perderse en ellas. Por otra parte la trama es intrincada debido a que sólo sabemos de los hechos según acuden éstos, fragmentados, a las discusiones de los personajes. Como es natural, al tratarse de conversaciones, los asuntos a los que se refieren los personajes son sabidos, no tienen por qué explicárselos previamente, por lo que es el lector el que ha de deducir a qué se están refiriendo en cada momento. El resultado, en cualquier caso, obliga a una lectura apasionante con momentos excelsos, como el de McCandless y Elizabeth (a la que él seduce) en la cama en una conversación interminable que sucede al mismo tiempo que los escarceos eróticos; una escena soberbia. Poco a poco el desarrollo de la trama va ampliándose de lo individual a lo colectivo y por ahí entra la vena satírica de Gaddis, que arremete con el creacionismo, el conservadurismo fanático, la economía despiadada, la codicia del capital y los intereses de la política, el colonialismo… lo cual es pura actualidad. El “gótico carpintero” es un estilo copiado del Victoriano, pero en madera en lugar de hierro y cemento; de lejos es llamativo; de cerca es un arrogante y fraudulento pastiche, como el mundo que se relata en la novela.

El libro de Jack Green es el libro de un fan entusiasta. Cuando apareció la obra maestra de Gaddis, Los reconocimientos, ésta sólo obtuvo –según Green- dos críticas acertadas y cincuenta y tres pésimas. Casi ningún crítico fue capaz de ver la obra excepcional que tenía entre las manos. Jack Green se aplica de demostrar con argumentos y citas textuales que los críticos, por lo general, nunca reconocen lo distinto sino lo manido; que no arriesgan nada fuera de la rutina y que se permiten, cuando no entienden, la arrogancia de desdeñar o incluso reírse de lo que no entienden. Green hace un recorrido exhaustivo y un tanto fanático, pero siempre divertido y esclarecedor, de ese ejercicio del poder dentro del mundo literario y clasifica los dislates y errores de los críticos en forma de lugares comunes o clichés. Los reconocimientos es una novela de la ambición y expresión formal del Ulises de Joyce, con quien se la ha comparado a menudo; fue publicada en España por Alfaguara y en este año verá de nuevo la luz en la editorial Sexto Piso.

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