• EL MATRIMONIO DE LA SEÑORITA BUNCLE
  • Autor D. E. Stevenson
  • Editorial Alba Editorial, Barcelona, 2013
  • Traductor Concha Cardeñoso Sáenz de Miera
  • nº páginas 432

D. E. Stevenson. EL MATRIMONIO DE LA SEÑORITA BUNCLE

31/1/2014 - JOSÉ MARÍA GUELBENZU

Aquí tenemos de vuelta a la señorita Buncle, casada con su editor y, en consecuencia, señora Abbott de ahora en adelante. La estupenda historia recogida en su anterior libro (El libro de la señorita Buncle) hizo huir a la protagonista del pueblo al que retrató, para escándalo general, en una novela que publicó, bajo el pseudónimo de John Smith, con enorme éxito. Ahora se encuentra en Londres y añora una casa con jardín en el campo. La novela comienza muy a la inglesa: retrato de una apariencia de felicidad y compenetración para desvelar a continuación la infelicidad latente, gracias a lo cual el matrimonio Abbott se traslada de la ciudad a una preciosa casa en el campo en un pueblo no lejos de Londres llamado Wendlebury. En su busca de la casa, Barbara Buncle accede por casualidad a un secreto bien guardado –que, por cierto, da lugar a una estupenda escena cómica- y este secreto será un elemento decisivo en el desarrollo de la trama.

La nueva novela de Dorothy Stevenson –autora muy celebrada de auténticos best-sellers en su época- es una perfecta Commedy or manners. El sujeto es, naturalmente, la vida de los habitantes del pueblo en relación con la señorita Buncle, que observamos a través de los ojos de un narrador anónimo. El transcurso de la novela es más apacible que el de la anterior y los personajes se van presentando capítulo a capítulo hasta formar el entramado social. No puede decirse que haya verdadera intriga hasta el momento en que el secreto va a ponerse en acción, pero entre tanto tenemos un retrato de personajes y de la vida rural extraordinariamente certero y sugestivo. En su conjunto, la actitud de los señores Abbott y de su sobrino Sam en relación con el mundo que les rodea es la de quien habita en un espacio agradable, lleno de pequeñas satisfacciones, que recuerda en su buen humor e inocente alegría al mundo de Pickwick.

En un momento dado, el narrador dice: “En los libros de John Smith cada cual recibe siempre su merecido. Esta era una de las razones de su enorme popularidad”. Esta es exactamente la cualidad de los libros de la autora, Dorothy Stevenson. Los buenos son premiados y los malos e intrigantes reciben su lección y su castigo. De hecho, puede decirse que la visión del mundo de la señora Stevenson es benévola y conservadora, pero ahí está su gracia: su mirada jamás reniega de lo que ve y es esa mirada la que la impele a contar las cosas como son, aunque en lo tocante a valores arrime el ascua a su sardina; pero, señores: vaya sardinas más sabrosas. La descripción de la cotilla señora Dance, por ejemplo, es un ejercicio de escritura realmente hilarante. Todo el interés de la señorita Buncle por el mundo que la rodea se resume en una frase: “Al iniciar una amistad nos estrenamos en la vida otra vez, porque creamos una nueva versión de nosotros mismos y nos convertimos, para la ocasión, en un ser nuevo”. Este es el criterio de vida de esa mujer entusiasta y curiosas que se esconde bajo el pseudónimo de John Smith. Y también en esta ocasión escribe una novela que, puesto que ella “no tiene imaginación”, de nuevo ha de apoyarse en la realidad con el riesgo que conlleva de que los personajes reales se reconozcan en la ficción, que es donde la señorita Buncle no escatima la verdad. ¿Se publicará la novela? ¿Tendrán que huir, en consecuencia, los Abbott de su amada casa perseguidos por sus vecinos? ¿Triunfará el amor? ¿Seguirá sir Walter Raleigh apareciéndose a los atemorizados habitantes de Wendlebury?

Estas y otras incógnitas a cual más entretenida nos las descubrirá paso a paso Dorothy Stevenson con la gracia narrativa que debe exigirse a una sobrina del mejor contador de historias de la Literatura: Robert Louis Stevenson.

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