• DIEZ DE DICIEMBRE
  • Autor George Saunders
  • Editorial Alfabia, Barcelona, 2013
  • Traductor Ben Clark
  • nº páginas 280

George Saunders. DIEZ DE DICIEMBRE

22/9/2014 - JOSÉ MARÍA GUELBENZU

No es común la aparición de un escritor único como George Saunders. Todos conocemos la formidable potencia del cuento norteamericano y su bien asentada tradición, por lo que la aparición de alguien que muestra una nueva línea de escritura no debería y, sin embargo, leyendo sus cuentos, no dejamos de preguntarnos de dónde provienen. En principio, podemos advertir un parentesco con escritores experimentales como Robert Coover o Donald Barthelme, contemporáneos de los posmodernistas, pero más cerca del minimal y poseedores de una mezcla de imaginación y realidad muy audaz. Pero, al mismo tiempo, Saunders confiesa su admiración por los dos grandes del relato minimal: Carver y Wolff, más tradicionales que él, sin duda, aunque el toque de irrealidad de lo real que hallamos en un relato como "Cazadores en la nieve", de Tobías Wolff, no anda lejos de los textos de Saunders. Y aún hay más referencias: "Diez de Diciembre", el cuento que da título al libro que comentamos, tiene puntos de contacto con el modo de percepción de la conciencia que hallamos en el maravilloso relato de William Gass "El chico de los Pedersen".

Porque, realmente, la escritura de Saunders es otra cosa. Empezando por el lenguaje. El traductor ha debido de hacer un esfuerzo extraordinario para trasladar al castellano la complejidad y variedad del lenguaje de Saunders; lo significativo es la expresión que otorga a la voz narradora, un protagonismo extremo. Podemos ver un ejemplo: en el cuento titulado "Los diarios de las Chicas Sémplica" el narrador en primera persona es un tipo que manifiesta inmediatamente su condición social (un empleado de bajo nivel que constata su inferioridad ante sus vecinos) por las carencias de su expresión: escaso vocabulario y pobre construcción gramatical; desde esa estructura de expresión, nos habla del mundo que le rodea, de sus situación en él, de sus deseos atrapados en su falta de ambición. En su modo de contar se manifiesta bien claro que no tiene opción de subir en la escala social por sí mismo; pero un día la suerte lo elige y le permite realzar su casa y su jardín y dar una fiesta de cumpleaños a su hija que lo equipara con sus vecinos y colegas. Lo que no cambia es su lenguaje y entonces consigue el efecto extraordinario de alcanzar su meta sin que perdamos de vista su patética condición, la inconsistencia de su sueño, la incapacidad de alcanzarlo por sí mismo y, por supuesto, la reducción a que lo ha sometido la sociedad capitalista demoledora de conciencias a la que pertenece. Y la suma de todo ello nos habla de un mundo de falsedades acumuladas que son el origen de la infelicidad a la que finalmente la mayor parte de la gente se acostumbra creyendo que es la mejor de las vidas posibles. Una demoledora síntesis del conformismo ante la evidencia y, a la vez, de la fragilidad del corazón humano ante la alienación. Pero el elemento fantástico es la segunda baza de Saunders en casi todos sus cuentos. En este mismo relato el personaje adorna su jardín para la fiesta con la adquisición de unas Chicas Sémplica a las que coloca suspendidas a un metro sobre el suelo de una especie de tendedero cuadrado en el que quedan balanceándose y sonrientes unidas por unas microlíneas. Son unas mujeres dulces y pequeñas, inmigrantes de Somalia, Moldavia, Filipinas y Laos y la guinda de la decoración del jardín en la fiesta de cumpleaños, un símbolo de estatus como el que poseen sus conocidos e invitados.

Esta capacidad de introducir lo fantástico o irreal como representación del otro lado de la realidad, el lado grotesco o simplemente el lado oscuro, al modo en que David Lynch retrataba l existencia del mal en la realidad común y corriente en "Terciopelo azul", es un efecto expresivo extraordinario en Saunders, que obliga a una lectura inteligente y no admite otra, que sitúa al lector críticamente ante el texto a la vez que lo introduce en él obligándolo a una lectura de extrañamiento en la realidad que es extremo en otro relato: "A casa", donde los personajes se aferran tozudamente a una realidad que han construído para defenderse de lo incomprensible hasta que llegan a considerar que lo incomprensible es su modo de vida, la única manera de resistir dentro de una realidad que los supera. En fin, prepárese el lector a emplear a fondo su imaginación; todos los cuentos del libro se sostienen a gran altura dentro de un mundo propio y singular, porque cuando aparece un escritor que lanza otra mirada al mundo, como es el caso de Saunders, sucede que a nosotros nos enriquece, la Literatura anuncia la aparición de otro gran narrador y el arte de la escritura continúa su curso.

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